"Cómo Mover Montañas", la Charla de Eduardo Verástegui
Escuchar el testimonio de vida del actor Eduardo Verástegui es edificante, ya que comparte desde el fondo de su corazón cómo fue su conversión y lo que la gracia de Cristo ha realizado en su vida. Durante el mes de Noviembre tuve la oportunidad de escuchar su plática titulada "Cómo Mover Montañas", misma que ofreció a beneficio de la Fundación VIFAC.
Desde hace varios años, el actor ha sido invitado a compartir su experiencia de vida en Jesús en diferentes eventos y confieso que pensé que de alguna forma su discurso ya estructurado sería el mismo aquella noche. Pero el Espíritu Santo siempre inspira a quienes recurren a él y también abre nuestros corazones para escuchar aquellas cosas sobre las que necesitamos reflexionar... Dar un testimonio es abrir nuestros sentimientos más íntimos y vulnerables, por lo que no siempre resulta fácil, pero Eduardo logró transmitirnos su experiencia y hacernos sentir identificados. Nos compartió parte de sus sueños y cómo abrió camino en su carrera, cuál era su visión y cómo, de cierta forma, vivía sumergido en la cultura machista en donde los hombres más atractivos son siempre unos 'Don Juanes'.
Siendo él bien parecido y con una carrera en ascenso, en cierto momento llevó un estilo de vida desenfrenado en donde lastimó su visión del amor y a algunas mujeres con las que llevó una relación. La fama, el éxito y el dinero se conviertieron en la meta y lo verdaderamente importante se volvió invisible. Y, ¿qué no es esto lo que el mundo nos vende y lo que muchos podemos llegar a perseguir?
Por gracia de Dios, el actor tuvo a bien conocer a una maestra de inglés en Hollywood que lo llevó a la reflexión y a analizar su vida, al punto de cuestionar si lo que había logrado o estaba obteniendo era en verdad la felicidad que tanto perseguía. Esta fuerte experiencia lo llevó hasta los brazos amorosos de Cristo y llegó la conversión: hubo un cambio radical en su vida, puso en el centro de su existencia a Dios como Señor. (Y poner a Jesús en señorío es asumir que tu vida ya no será como la conducías y confiar en que sus planes siempre son mejores, aunque no lo parezcan). Así que dejó a un lado muchos proyectos que iban en contra de esta nueva visión.
Con el paso de los años, dijo el actor, los ahorros se agotaron y las puertas empezaron a cerrarse. La tentación llamó y una voz interna empezó a decirle: "¿No será que exageras? ¿Y si sólo haces ese proyecto en esta ocasión mientras te recuperas? ¿Y si...?". Y así es como el enemigo, padre de la mentira empezó a meterle dudas.
Verástegui confesó que estuvo a punto de aceptar una de esas propuestas, pero la oración, que nunca es infértil, lo llevó a comprender que ese no era el camino y que había que confiar en los planes de Dios. Desistió y ahí, en medio de la debilidad, Dios derramó en abundancia su gracia y manifestó su bondad, abriéndole las puertas a uno de los más hermosos proyectos que ha realizado: la película "Bella".
Para realizar el largometraje e interpretar mejor su personaje, tuvo la oportunidad de conocer a mujeres que estaban buscando abortar. Ahí descubrió la importancia de luchar por los más indefensos y desprotegidos, los bebés no nacidos en peligro de ser asesinados en los vientres de sus madres.
A raíz de esto e inspirado en la obra de VIFAC, el actor inició una fundación llamada "Manto de Guadalupe", la cual ayuda a mujeres que están pasando por esta situación. La película "Bella" ha sido fuente de apoyo para muchas mujeres que han considerado abortar. Incluso, algunas de ellas han compartido su testimonio de la alegría de tener a sus hijos en sus vidas.
Durante la charla, Verástegui también compartió una fuerte y hermosa experiencia de su última película titulada "Little Boy", centrada en la fuerza de la fe y en la riqueza de las obras de misericordia. En preparación para el rodaje, se dio la oportunidad de visitar una cárcel, en donde conoció a una mujer que estaba condenada a muerte.
En la plática, esta mujer abrio su corazón y él pudo conocer las heridas que ella tenía en su alma, algunas horas antes de su sentencia de muerte. Eduardo le ofreció la oportunidad de conocer la misericordia de Dios, diciéndole que a pesar de su pecado, ella era muy amada por Él. Pero lo más significativo fue que el Espíritu Santo inspiró al actor a pedirle perdón por todos los hombres que habían lastimado su corazón, que la habían utilizado o herido; y también a pedirle perdón a ella como representante de todas las mujeres a las que él pudo haber lastimado anteriormente. Así... la mujer murió en paz, conociendo la gracia y la misericordia de Dios.
Desde mi punto de vista, este fue uno de los momentos más significativos que Eduardo pudo compartir a la audiencia.
También me pareció relevante cómo cerró su plática, haciendo una invitación a todas las familias a poner a Cristo como centro de sus vidas y a dirigir a través de la visión cristiana los valores de la familia. Al final invitó a la audiencia, en especial a las mujeres, a ofrecer una oración por todos los hombres, para que estos puedan ver a la mujer con la dignidad con la que fueron hechas por Dios y no como objetos, y a orar por él para que Dios lo fortalezca en medio de sus batallas. Mi Querida Lectora, los sueños son inspirados por Dios, todos tenemos un propósito por el que fuimos creados. Eduardo, por medio de su charla, nos invitó a preguntarle a Dios si esos proyectos son inspirados por Él, y a confiar en que, de ser así, Él los bendecirá. Con la fe se pueden mover montañas, recuerda que para Dios nada, nada es imposible.
Ve aquí el testimonio de Eduardo, en "Juntos por México, 17 de octubre 2015.
Jaquie Jasso vive en Monterrey, N.L., es comunicadora, mujer emprendedora católica, feliz de compartir la buena Nueva del Evangelio. Actualmente coordina el Movimiento-Taller "La Plenitud de Vivir en Castidad".