Lo que tu Fe y tu Fertilidad pueden mostrarte
A raíz de vivir y enseñar por casi 7 años el Modelo Creighton, un Sistema de Reconocimiento y Cuidado de la Fertilidad y la Salud Procreativa he descubierto, de la mano de la fe, ciertos aspectos que quiero compartirte:
*Sobre la naturaleza: La fascinante sabiduría en todo lo creado, que nos enseña que para todo hay un tiempo y una medida. La sociedad nos ha hecho creer falsamente que podemos sobreexplotar la naturaleza, nuestra misma sexualidad y fecundidad sin consecuencias.
[if !supportLists]*Sobre mí misma, de cara a Dios: La alegría de ser hija supeditada al Padre, querida no como medio, sino como fin; eligida para administrar responsablemente el universo; libre para la decisión de amarle; y necesitada de aceptarme íntegramente, tal como soy.
[if !supportLists]*Sobre las mujeres: La distinción de ser aptas para albergar un bebé y arroparlo con nuestra ternura femenina; valorar que, si hemos podido tener hijos, es signo de que nuestro organismo trabaja bien. Y también que debemos sentirnos siempre apoyadas e inspiradas por nuestra Madre María.
[if !supportLists]*Sobre los hombres: Que cada uno es padre en potencia, capaz de ofrecer atención, cariño, protección. Que no son un manojo de impulsos incontrolables, sino dueños de sí mismos; libres de decir no a un placer caduco, a cambio de un gozo pleno.
[if !supportLists]*Sobre los matrimonios: Que el sacramento es de tres. Dios, protagonista principal nos llama a reflejar su imagen de Uno y Trino, en una misión específica dentro de su Plan de Salvación. Somos partícipes por lo tanto, de un misterio que nos sobrepasa y que hay que ir leyendo con confianza en Su Amor todopoderoso y providente (Mt 10,29).
Por eso, debemos llevar hasta las últimas consecuencias el SÍ “prometo recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia”, permaneciendo siempre, en cada uno los actos conyugales abiertos a la vida, sin impedir de ninguna forma la fecundación o su desarrollo.
Y al mismo tiempo, afrontar la “paternidad responsable”: un juicio bien ponderado con recta conciencia, planteándonos si dadas las circunstancias de salud física, psicológica, económica o social, y los deberes previamente contraídos, existen serios motivos para evitar por tiempo definido o indefinido, un embarazo.
Este discernimiento, claro está, supone todo un desafío que nos conduce a buscar con sinceridad la ayuda divina para purificar nuestras intenciones del miedo, comodidad o egoísmo.
Si se planea evitar el embarazo, hay que recurrir únicamente a los medios lícitos basados en el reconocimiento de la fertilidad, que hoy en día ofrecen una efectividad de hasta el 99.5% y aplican para mujeres en ciclos irregulares, lactancia o premenopausia.
Estos medios no dañan ni alteran la salud; no atentan contra la vida con mecanismos o sustancias químicas. Mantienen la inseparable conexión natural unitiva y procreativa del acto sexual, fomentan la castidad y otras virtudes.
Permiten, además, renovar con el lenguaje del cuerpo los votos de entrega fiel, total y fecunda dejando en todo momento la puerta abierta al amor auténtico, a la posibilidad de una nueva vida y al Espíritu Santo, sabiendo que todo lo podemos en Aquel que nos conforta (Flp. 4,13).
[if !supportLists]*Sobre las parejas infértiles: Que es necesario detectar y atender de raíz el tema de salud para restablecer el bienestar fisco-emocional y hallarse en condiciones favorables para lograr el embarazo.
Éste es el propósito de NaProTecnología, área médica del Sistema Creighton. Busca abordar los problemas ginecológicos y reproductivos, ética y científicamente cooperando con los procesos naturales, para que la fecundación sea fruto de la relación íntima conyugal.
En esto hay que asumir la difícil prueba de la paciencia, del que las cosas no salgan a la velocidad de nuestras esperanzas; usar los días fértiles dejando a Dios el resultado, pidiendo se cumpla Su Voluntad en la Tierra como en el Cielo, recordando que para Dios nada es imposible (Lc. 1, 37).
[if !supportLists]*Sobre los hijos y la sociedad: Que si queremos dejar huellas y no heridas, debemos comprometernos con nuestra prioridad: el matrimonio y la familia.
Es importante que desde el inicio de la historia de cada hijo, éste se sepa bienvenido y querido incondicionalmente, y considerar incluso la adopción física y espiritual, conscientes de que ni la mayor resistencia a ser padres, ni el mayor anhelo de serlo, nos autorizan para disponer de la vida como un producto de desecho o “fabricación” a cualquier precio.
Se trata de ser guardianes de la niñez, que es lo más preciado y orientarla hacia el éxito definitivo: la santidad.
[if !supportLists]*Hacia la Iglesia Católica: Hay que agradecer y pedir que siga siendo el bastión guiado por Cristo, que salvaguarde y promueva la dignidad humana y sus valores, frente a las actuales corrientes e ideologías dañinas.
Mónica Olvera es esposa y madre católica de tres hijos. Maestra en Ciencias de la Familia con estudios en Teología del Cuerpo. Hace “escuela en casa” y es profesional certificada del Modelo Creighton