Homeschool: No es sencillo, pero es lo más hermoso
Este es nuestro segundo año educando (y aprendiendo) en casa y hoy por hoy no cambiaría ser Mamá Homeschooler Católica por nada.
En este tiempo ha habido mil cosas: alegrías, satisfacciones, y voy a ser muy sincera, también frustración y lágrimas.
Con el paso de los meses, me he dado cuenta de que el Homeschool no es sencillo.
Te reta continuamente, demanda todo de ti, te hace ver qué aspectos debes trabajar en tu persona, pero de verdad... ¡es lo más hermoso! (what?!).
Sí, aunque suene a una locura, con los estándares del mundo de hoy... Es Hermoso.
Aquí van algunas de las razones por las que seguimos al pie del cañón en este camino.
(Si eres mamá homeschooler, tal vez te sientas identificada. Si estás considerando educar en casa, espero que mis comentarios te sean útiles).
Porque...
-Formarnos como familia en la fe y la virtud, rescatar y sembrar los valores que harán la vida de nuestros hijos plena y fructífera y los harán agente de cambio en la sociedad, vale todo nuestro tiempo.
-He comprobado que es un llamado a la santidad familiar, porque a través del Homeschool todos los días nos vamos puliendo unos a los otros:
<<El hierro con hierro se aguza, y el hombre con su prójimo se afina>> Proverbios 27:17.
-El Homeschool nos ha unido mucho más como familia: cada día nos conocemos más y mejor y disfrutamos mucho nuesto tiempo juntos.
-Porque cuando veo las sonrisas de mis hijos y la gran amistad y compañerismo que va naciendo entre ellos, la seguridad con que se manejan cuando estamos fuera de casa y la forma en que demuestran su fe, aún a extraños, sé que esto de educar en casa no fue sólo una idea loca que llegó a nuestra cabeza, sino que es obra de Dios.
-Porque mis hijos aman aprender. Estando en casa, ellos tienen todo el tiempo del mundo para explorar sus propios intereses y cada día me sorprenden con su avidez por aprender cosas nuevas.
-Porque estamos formando personas empáticas, que van creciendo en amor y respeto al prójimo, que se preocupan por los demás y lo demuestran en la forma como tratan a amigos y desconocidos.
-Porque la seguridad que van ganando mis hijos les permite hacer amigos a donde quiera que van y relacionarse con facilidad con niños de todas las edades. ¡Es impresionante!
-Porque me ha dado un gran crecimiento espiritual. En los días que no me siento motivada, la oración me llena de fuerza y luego, el Señor de una u otra forma siempre me provee de personas o recursos que me inspiran para seguir avanzando. Puedo decirte con seguridad que Jesús y María Santísima jamás me han dejado sola. (¡Es real!).
El otro día platicaba con mi amiga Denisse sobre homeschool y me decía que si estamos haciendo una labor destinada a dar tanto fruto, es normal que el enemigo nos la quiera truncar. Y me hizo todo el sentido del mundo.
Si has tenido momentos de desánimo, de batalla interna... Te invito a que sigamos luchando.
Démosle pelea a esos días en que no avanzamos con la lista de tareas o en los que quisiéramos un poquito de “mommy time” para hacer oración, ejercicio o almorzar con una amiga.
A momentos en que la tentación de renunciar es grande y las energías y la paciencia muy poquitas.
Vale la pena educar en la Belleza, la Bondad y la Verdad; vale la pena formar santos y luchar por santificar a nuestra familia y nuestra sociedad.
¿Qué podría ser más importante? ¿Qué podría ser más hermoso?
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*Este año queremos compartir más sobre Homeschool. Si deseas colaborar compartiendo tu experiencia educando en casa, escríbenos por inbox en Fb. Nos encantaría conocerte. No estamos solas ;)
Nelly Sosa nació en Monterrey y es comunicadora, esposa y mamá católica homeschooler de dos niños que no dejan de sorprenderla todos los días. Su gozo por reencontrarse con Dios en un pequeño pueblo en Pennsylvania la inspiró a compartir sobre su camino de fe en El Árbol Menta. Cree firmemente que la Palabra de Dios, los Sacramentos y el apostolado cambiarán al mundo.